(…)
(Uy, qué bueno que está este pibe… por fin la estoy poniendo, con el tiempo que me llevó conocerlo… a ver si me cambia el humor y no puteo más viejas en el supermerc… ufff, no puedo creer que hayamos congeniado… seh seh seeeeeeh… la reeeeeeeee química… Jejejeje, se ve que le gusta así… Ahhhhhhh, qué cope… la verdad es que… Ehhhh, ¿qué está haciendo?... Mejor me corro, sí, así… jejeje, quizás se le fue la mano sin querer… ¡no te impacientes y disfrutá!, cooool, ¡cómo me gusta que… ¿WTF? ¿otra vez ahí?, hello, me parece que no está entendiendo… bueno sigo con esto, ahí sacó, no creo que de nuevo me…¡la re conexión!!, me relajo y...)
¡¡¡Ehhm...
O sea… RESPETO.
¡¡¿Por qué me tiene que pasar esto, a ver…?!!
¡¡¿Para qué CARAJO aclaro que NO ME GUSTA que me metan cosas en el culo ANTES de concretar una cita?!!
-No te enojes, ¡es sólo un dedo!
Diferenciemos: una cosa es el objeto a introducir, y otra el lugar en el cual vamos a hacerlo, lugar que pertenece a un sujeto (en este caso, yo, pedazo de idiota); un sujeto que tiene gustos, preferencias, y libre albedrío para decidir qué hacer y qué no.
Además, deberías limarte un toque las uñas.
-Igual me gustaría cogerte, no te va a doler, la tengo chica...
Es lo mismo que lo del dedo, o sea ¿qué mierda tiene que ver la percepción sobre el tamaño de tu propia pija, con el efecto que eso produciría en mí?
Voy a intentar ejemplificarlo. Supongamos que a uno no le gusta el jugo de pomelo: ¿depende acaso del tamaño de la jarra o del vaso en el que es servido el mismo?; ¿depende del grado de acidez del pomelo en cuestión, siendo que básicamente es el mismo gusto?; ¿por qué aceptaría exponerme al gusto del pomelo sabiendo a priori que no voy a disfrutarlo? No, no, y no. NO ME VAS A COGER.
-¡No puede ser que no te guste, si está bueno!
¿Por qué motivo debería tener tus mismos gustos?; ¿por qué debería actuar de la misma forma en que vos lo hacés? Es un error ENORME pensar que el otro debería actuar como uno lo hace. La variable del otro no solamente aporta una diversidad maravillosa, sino que marca la compatibilidad que vamos a tener con ese sujeto. Uno no tendría que tratar de cambiar a la otra persona, sino aceptarla como es, o mandarla a concha de la jirafa tuerta si uno lo cree adecuado. Las personas no cambian su estructura: ACÉPTENLO. Es el mismo motivo el que hace que las segundas oportunidades en las relaciones tampoco funcionen.
Además soy un fuckin' hedonista: la causa por la que no lo hago es la misma causa por la que lo haría si me gustara. YO NO TENGO EL PUNTO G EN LA PRÓSTATA.
-¡Pero yo me dejé meter 3 consoladores por vos!
Volvemos a lo anterior... ¿me vas a decir entonces que lo hiciste por mí, y no porque te gustaba? ¡Vamos!, uno no tiene que justificar sus gustos, así como tampoco hacer cosas que uno no quiere hacer. Yo no te obligué a nada; yo propuse, y vos quisiste: HACETE CARGO.
Además, que tu altruismo se mida por el nivel de dilatación es tu esquema, no el mío.
-¡Ja, eso es porque no lo hiciste conmigo!
¡Ah bueee, pasamos de la autoestima cero de la pija chica a creernos Harry Potter! ¿Qué te pensás, que tu pija es la Piedra Filosofal de ortos, que al sólo contacto de tu pija mágica mi culo se va a abrir cual Cámara Secreta, dispuesta a que vos ilumines todos sus misterios?
Mejor metete la varita esa en tu culo (si llegás) a ver si sacás un Fénix que te cauterice el rosquete, FORRO CREÍDO.
-¿Entonces no lo harías por mí, aunque me amás?
No, no lo haría. Sería capaz de darte un riñón si eso te salva la vida. Y si lo hiciera, es porque yo lo decido. Pero no vas a morir sin mi culo, te lo aseguro. ¿Qué amor es tal, si por un placer momentáneo obligamos a nuestro amado a hacer algo en contra de su voluntad, algo que, además, implique su sufrimiento?
No usemos el amor como herramienta de chantaje. Como mencioné antes, es sólo una cuestión de compatibilidad... SI QUERÉS PONERLA, BUSCATE OTRO.
Basta idear de argumentos ridículos para intentar romperme el culo: no importa con quién lo haga, cómo lo haga, o en qué momento lo haga. No tiene que ver ni con la persona, ni con la forma, ni con el tiempo.
Ni diciendo ALOHOMORA me vas a poder coger: SIMPLEMENTE NO ME GUSTA... ¡Aresto Momentum!
-No te enojes, ¡es sólo un dedo!
Diferenciemos: una cosa es el objeto a introducir, y otra el lugar en el cual vamos a hacerlo, lugar que pertenece a un sujeto (en este caso, yo, pedazo de idiota); un sujeto que tiene gustos, preferencias, y libre albedrío para decidir qué hacer y qué no.
Además, deberías limarte un toque las uñas.
-Igual me gustaría cogerte, no te va a doler, la tengo chica...
Es lo mismo que lo del dedo, o sea ¿qué mierda tiene que ver la percepción sobre el tamaño de tu propia pija, con el efecto que eso produciría en mí?
Voy a intentar ejemplificarlo. Supongamos que a uno no le gusta el jugo de pomelo: ¿depende acaso del tamaño de la jarra o del vaso en el que es servido el mismo?; ¿depende del grado de acidez del pomelo en cuestión, siendo que básicamente es el mismo gusto?; ¿por qué aceptaría exponerme al gusto del pomelo sabiendo a priori que no voy a disfrutarlo? No, no, y no. NO ME VAS A COGER.
-¡No puede ser que no te guste, si está bueno!
¿Por qué motivo debería tener tus mismos gustos?; ¿por qué debería actuar de la misma forma en que vos lo hacés? Es un error ENORME pensar que el otro debería actuar como uno lo hace. La variable del otro no solamente aporta una diversidad maravillosa, sino que marca la compatibilidad que vamos a tener con ese sujeto. Uno no tendría que tratar de cambiar a la otra persona, sino aceptarla como es, o mandarla a concha de la jirafa tuerta si uno lo cree adecuado. Las personas no cambian su estructura: ACÉPTENLO. Es el mismo motivo el que hace que las segundas oportunidades en las relaciones tampoco funcionen.
Además soy un fuckin' hedonista: la causa por la que no lo hago es la misma causa por la que lo haría si me gustara. YO NO TENGO EL PUNTO G EN LA PRÓSTATA.
-¡Pero yo me dejé meter 3 consoladores por vos!
Volvemos a lo anterior... ¿me vas a decir entonces que lo hiciste por mí, y no porque te gustaba? ¡Vamos!, uno no tiene que justificar sus gustos, así como tampoco hacer cosas que uno no quiere hacer. Yo no te obligué a nada; yo propuse, y vos quisiste: HACETE CARGO.
Además, que tu altruismo se mida por el nivel de dilatación es tu esquema, no el mío.
-¡Ja, eso es porque no lo hiciste conmigo!
¡Ah bueee, pasamos de la autoestima cero de la pija chica a creernos Harry Potter! ¿Qué te pensás, que tu pija es la Piedra Filosofal de ortos, que al sólo contacto de tu pija mágica mi culo se va a abrir cual Cámara Secreta, dispuesta a que vos ilumines todos sus misterios?
Mejor metete la varita esa en tu culo (si llegás) a ver si sacás un Fénix que te cauterice el rosquete, FORRO CREÍDO.
-¿Entonces no lo harías por mí, aunque me amás?
No, no lo haría. Sería capaz de darte un riñón si eso te salva la vida. Y si lo hiciera, es porque yo lo decido. Pero no vas a morir sin mi culo, te lo aseguro. ¿Qué amor es tal, si por un placer momentáneo obligamos a nuestro amado a hacer algo en contra de su voluntad, algo que, además, implique su sufrimiento?
No usemos el amor como herramienta de chantaje. Como mencioné antes, es sólo una cuestión de compatibilidad... SI QUERÉS PONERLA, BUSCATE OTRO.
Basta idear de argumentos ridículos para intentar romperme el culo: no importa con quién lo haga, cómo lo haga, o en qué momento lo haga. No tiene que ver ni con la persona, ni con la forma, ni con el tiempo.
Ni diciendo ALOHOMORA me vas a poder coger: SIMPLEMENTE NO ME GUSTA... ¡Aresto Momentum!